Empecemos por el principio.
Parar y reflexionar,. En este último trimestre han pasado muchas cosas, han habido muchos cambios. Para empezar una mudanza de ciudad, de Barcelona a Vigo, y que cambio, me estoy enamorando del norte, de estos paisajes, del ritmo de la gente, de la luz (cuando aparece) y de la comida.
En realidad es el único cambio grande que hemos hecho, pero con la que está cayendo, tener que buscar alternativas al trabajo, empezar de cero en un lugar nuevo sin conocer a nadie y todo lo que supone… El tiempo no se ha parado para que pueda acostumbrarme a esto, así que no me ha quedado otra que correr, ir a contra tiempo y plantearme la vida entera.
Dicho esto (quería situaros en mi momento vital) vamos al lio. Hace tiempo que quería tener unas fotos especiales con Arnau, mi trabajo es contar historias, y como dice el refrán en casa de herrero… Así que como estamos aquí solos, entre el confinamiento, que no conocemos a nadie y que nos pasamos los días encerrados en casa, un domingo de octubre me decidí a buscar localizaciones para varias sesiones de familia que tenía durante el mes, hacía un día de lluvias (como normalmente aquí) pero cansados de estar en casa nos fuimos a la aventura, y nos dirigimos a Cabo Home.
Qué lugar TAN maravilloso!! Bosques de pinos que terminan en playas desiertas con la arena intacta, el mar rompiendo bajo acantilados de infarto, faros de película al final de caminos estrechos y desiertos, con charcos y plantas propias del paisaje en esta temporada.
Al llegar, aparcamos el coche en un pequeño rellano que hacía de mirador, y empezamos el camino hacia el faro, cinco minutos de caminata y nos cayó un chaparrón encima que nos hizo volver directos y empapados como si hubiéramos estado debajo de una cascada (Por eso los abrigos y mis pelos mojados y enredados en todas las fotos). La lluvia aguantó cinco minutos más, y al primer rayo de sol decidimos volver a intentarlo.
Yo quería para en cada rincón, cada paso que dábamos quería plantar el trípode para retratar el lugar, y a nosotros allí, me parecía una manera preciosa de tener unas fotos de nuestro reciente cambio de ciudad, a parte ya tenía en mente empezar con este “Diario” y la newsletter mensual, así que podía sacar material para todos los proyectos que estaban haciendo ruido en mi cabeza.
Y así fue, unas cuantas fotos aquí, unas cuantas allí, durante el camino sin parar de hacer fotos cámara en mano y disfrutando del paisaje, el aire que sentía en la cara, la libertad de respirar sin mascarillas y ver el horizonte, mar abierto sin fin, olor a lluvia y el sonido de la brisa y el mar. Caminamos un rato y disfrutamos de eso toooda la mañana, es pensarlo y se me vuelven a llenar los pulmones de aire puro. Sin duda volveremos próximamente.
All Photographs Copyright © Esther Recuerda.